domingo, 30 de junio de 2019

me quedo con lo bonito



lo hermoso es efímero y fugaz


Las personas. Buscamos personas que nos hagan felices. Para hacernos llegar más lejos de donde llegaríamos por nosotros mismos.
Buscamos respuestas y otras personas, son nuestra respuesta. Pero no puede ser así. Las personas se van. Las relaciones cambian. Todo se acaba, y se termina.
Voy a morir. Todo se va a terminar para mí. La muerte llega.
No tiene mucho sentido morir. Pero de igual modo, no tiene mucho sentido la vida. Si lo miras bien, todo va a terminar así que para qué empezar nada.
No vamos a tener nada que perdure. De ahí la belleza de la flor del cerezo.
Cae en una enorme lluvia de pétalos. Según se ve en las películas. Dura un día en el que todos los pétalos caen. 
El caso es que la flor del cerezo dura muy poco.
Eso dicen.
Tan solo se trata de que ese tiempo que dura, breve, es precioso.
Se trata de eso. No hay nada que sea más hermoso que lo efímero.
Y no hay nada que sea más poderoso que el ser responsable de sí mismo. Para no tener que mendigar el amor, ni el dinero ni tener que depender de otros en la enfermedad. Si se tiene un buen seguro médico.
Sin embargo esas tres cosas. Salud, dinero y amor, forman parte de la vida. Y son efímeras. No duran.
La muerte se las lleva se podría decir. Pero no es así. La muerte no es más que parte de la vida. Es la propia vida la que se lleva todo. La vida se encarga de llevarse todo lo que es propio y suyo.
La vida no nos regala nada. Nos permite disfrutar de ciertas cosas, pero la misma vida no dura. Muere. La vida no es algo que exista. Se trata de que hay algo que es bello y hermoso.
Pero su belleza y hermosura viene dada porque no es algo que sea estático, y que se tenga.


"follemos y jodamos, Vida".

la vida es inteligencia en cuclillas



Se trata de que es algo que funciona, y se mantiene. Se mantiene en constante cambio y transformación.
No se puede asir. No se puede coger nada para guardarlo para después. Y hay que vivir con esta verdad.
No hay nada que podamos decir que es nuestro. Porque todo lo que podamos tener es algo que va a terminar.
No hay absolutamente nada a lo que nos podamos coger. Vivimos sobre un abismo pavoroso. Siempre estamos al borde de caer.
Tenemos que vivir. Y nos decimos que vivimos a salvo. Nos decimos esa media verdad porque normalmente no somos capaces de ser conscientes de que en realidad no hay nada que perdure.
La muerte nos libera a cada instante. Cada célula es una vida que dura un tiempo en que se da el proceso de su vida. Y después termina.
Las células tienen un proceso de vida. Tal vez menor que el proceso de vida de una persona. Es por ese indicio que es muy distinto del nuestro, en escala, que sabemos que la vida aparece y desaparece.
Y que mientras dura la vida, pues es hermoso.
Me tengo que quedar con lo bonito.
No hay mucho más. La vida se explica a sí misma. Simplemente porque está ahí y funciona. Se perpetúa a sí misma.
Tal vez un día la vida llegue a su fin. Es decir, me refiero ahora a toda la existencia. La vida puede terminar. Es posible que suceda.

Pero...

Me gusta pensar que la consciencia es algo que se puede acumular. Que tenemos reservas de consciencia. Y que esa materia y energía se conservan. Tal vez cambiando.
En cierto modo, tiene que haber una cierta dualidad en lo que es a nivel de ontogénesis, de la realidad. Tiene que haber un tiempo lineal y otro circular.
En la vida todo termina y se empieza. Una y otra vez. No hay nada que nos permita asir la vida, puesto que todo termina. Del mismo modo que ha nacido.

Al mismo tiempo tiene que haber un patrón que sostenga el que todo esto esté existiendo.
Supongo que se trata de la idea platónica de que hay un molde que nos dice que la forma del ser humano es de tal modo.
Siempre reconoceremos al ser humano, porque es humano.
Y reconoceremos a un caballo, porque un caballo tiene forma de caballo.
Tal vez no dentro de mucho tiempo llegue una inteligencia que nos diga que hemos pasado de nivel. Me gusta pensar que ese nivel de consciencia se puede guardar. Y que produce unos dividendos o intereses.
Tal vez la consciencia sea algo que se puede acumular. Como en una enorme batería de coche. Y que se puede usar de algún modo.
Tal vez esa “hucha de energía”, esa batería, nos proporcione un nivel de seguridad en el que se pueda decir que podemos continuar, sin peligro de extinción durante unos milenios más.
Que la existencia se ha ganado el derecho por méritos propios, a existir. Que la consciencia es suficiente y que va a perdurar.
Tal vez la consciencia de sí misma, se reconozca. Y tal vez se diga que vale la pena vivir. Y no matarnos tanto unos a otros.

Eso sería bonito. Muy hermoso.
Que no nos matáramos tanto. 
Que si es por joder está bien. Joder a todo el mudo es bueno y necesario. Jodernos es la base de la vida. Joder es lo que nos hace sacar lo mejor de nosotros mismos.
Para tener puestas nuestras energías en lo que realmente importa. Nos ponemos.

La chispa de la vida se da justo en el punto culminante, en el que se jode. Y así se crea la vida. En un instante.
Es cierto que el amor a veces es una mierda, y que cuanto más sucio, mejor. Eso dicen. Que yo no lo sé. 
Si se da ese instante en el que la vida surge de entre el barro y el fango... es cierto que la vida es abono.
Pero también es cierto que la vida, precisamente por venir de donde viene, es por lo que adquiere valor.


Me gusta pensar que un día, tal vez en algún momento... la existencia nos haga saber que hagamos lo que hagamos. Pese a que jodamos las cosas tanto como las jodemos, la existencia va a continuar.
Que hay garantía de continuidad.
Que tenemos reservas de conciencia y que pese a que la jodamos, la cosa aguanta.
Si decimos que pese a toda la mierda, y que a base de joder hemos generado un umbral de abono, en el que podemos decir que sí, que tenemos una garantía de continuidad.

Supongo que si tenemos esa reserva de consciencia y esto sale adelante.

Yo me quedo con lo bonito.

la perla de los cerdos











domingo, 23 de junio de 2019

la inteligencia mata




Inteligencia en progresión EXPONENCIAL.

CONCIENCIA CONTRA INTELIGENCIA


Las personas repetimos patrones. Creo que en la naturaleza, todo se repite, se siguen las pautas que son más probables que logren el mantenimiento de la vida.


LA INTELIGENCIA EN LA HISTORIA


Los humanos somos seres inteligentes.
Eso es algo probado.
Y un ejemplo es, por decir uno, la invención de la pólvora en China.
Si bien el uso bélico de la pólvora tuvo que ser usado de forma sistemática en occidente. Lo cual no deja de ser una diferencia cultural.
Notamos que ya desde el principio, en el planeta que habitamos había una diferencia entre un lado occidental y uno oriental.
Tal y como hace el cerebro, una cultura parecía más centrada en el proceso conceptual que se plasmaba más en imágenes.
Mientras que en la otra parte del planeta, era el verbo, la palabra, lo que parecía que dirigía ese otro enfoque de la inteligencia.


LA INTELIGENCIA EN MI GENERACIÓN


En mi adolescencia, teníamos claro que había un botón.

Si se pulsaba ese botón todo terminaba. Y todos los desmanes y tropelías que se cometían tenían como excusa que el otro, los malos, no apretasen su botón.


Y se cometieron atrocidades.



A día de hoy tenemos guerras que no van a destruir el planeta. A priori.

Matamos muy bien. Matamos mejor.
Exterminamos pueblos, ciudades. Incluso destruimos un piso concreto apuntando un misil, para que entre por una ventana en concreto... con el fin de eliminar un objetivo táctico.

Somos muy inteligentes.
La inteligencia es una herramienta.
La inteligencia, crece.
La inteligencia es cada vez mejor y mejor.
Desde la invención de la pólvora hasta el aterrizaje en la Luna.
Pasando por la destrucción masiva, hasta llegar a destruir enclaves muy concretos...
Como el que interviene en una operación quirúrgica para terminar con un mal.
Nos especializamos en eliminar el mal.
Desde palos y piedras, hasta las armas de guerra bacteriológica.
La inteligencia ha logrado grandes avances.


GRANDES AVANCES EN INTELIGENCIA HUMANA


Es innegable que esto es así.

También es cierto que pese a la guerra en el mundo, la inteligencia es evidente que es mejor y mejor.
No ha cambiado nada. Tan solo matamos de forma más eficaz.
No hemos erradicado el mal. Ni la guerra, ni el hambre, ni la pobreza ni la enfermedad.
Seguro que muchas personas alzarán la voz, diciendo que se han hecho avances enormes.











LA INTELIGENCIA EN LA POLÍTICA Y LA IGLESIA


Pero ¿Es esto realmente cierto?
A la religión se le llamó “el opio del pueblo”.

La política también puede cumplir esa función de dejar a todo un pueblo “inteligente” y con todas sus funciones cognitivas, ciertamente sanas, completamente “fumao”.



Una buena canción de cuna, un himno, unos colores, símbolos... y en vez de una misa con la procesión paseando ídolos sagrados, podemos ver que se siguen paseando, pues...

Justo lo que hace que nuestro cerebro piense que nosotros tenemos razón y somos mejores, que somos los elegidos. Y sí, que los otros, son los malos y nosotros somos mejores.


¿Mejores que quién? Que los que nos oprimen. Que los que nos quitan la libertad, los derechos, la voluntad y el poder de decisión.
Así que nos vestimos de determinada manera, portamos banderas (estandartes), seguimos a líderes. Políticos, del color que toca.
Y salimos a la calle con el fervor, que para nuestro cerebro y torrente sanguíneo, no significan más que la satisfacción de nuestros neurotransmisores.
Nuestro cerebro no diferencia entre una manifestación de gente u otra.


LA INTELIGENCIA EN LA BIOQUÍMICA DE NUESTRO TORRENTE SANGUÍNEO


La gente, el clan, el pueblo, el país, la nación, patria, honor, libertad, creencia, otra vez la libertad... 
No estoy muy puesto en política. Pero cada uno sabe con qué palabras resuena la bioquímica de su torrente sanguíneo.

Cada persona es química y emocionalmente adicta a la ideología que más le llega, determinada por el clan.








Da igual que esto empezase con palos y piedras.


El cerebro continúa tan solo, con fervor que trata de salvaguardar los propios genes, diferenciando entre “nosotros o ellos”.



La lucha es a vida o muerte.

Y sigue siendo la misma lucha que se gestaba cuando bajamos de los árboles en busca de tierras “prometidas o no”, pero es seguro que bañadas en sangre.



Y los malos eran “los otros”. Los buenos eran los nuestros. Y si los nuestros hacían algo mal, se justificaba. 


Debemos proteger a los nuestros.

Son los nuestros.


En mi barrio caminas por la calle y la sensación es de estar en un ambiente bastante multicolor. Pese a que se supone que nadie debería meter las narices en la vida de nadie... sales a la calle y vas a lo tuyo.

Pero no eres negro. Ni eres musulmán, ni moro, ni chino, ni croata, ni del centro de la capital, ni gitano... bueno. 
No estoy puesto en política, pero hay muchas personas que tienen unas raíces que a lo mejor, hace cincuenta años se podía pensar “es que, no son de aquí”.

Hoy en día, puedo pensar que soy “hombre, hetero, blanco”.
Que no soy ni pobre ni rico.
Pero no puedo pensar mucho más.
En realidad puedo pensar que no es mucho lo que pueda decir de mí.
No soy nada.


LA INTELIGENCIA EN LA IDENTIDAD PROPIA


¿QUIÉN SOY?

¿Contra quién arremeto?
Y todavía hay quien se inventa nacionalismos.









LA INTELIGENCIA EN LA LLAMADA RELIGIÓN,

SIGUE LA MISMA PAUTA


El opio del pueblo. La religión.

Tengo que pensar que la religión se metía en un ámbito en el que tenía un sentido el saber si tu vida sexual era de tal o cual forma. 
Más que nada porque había un señor, cura, sacerdote, que sujeto a una normativa establecida socialmente, te decía cuánto debía medir la longitud de una falda.

Ahora resulta que si esa falda es de determinado modo, ya es el estado el que entra a debatir si es de tal modo o tal otro, y se entran en situaciones... que si no firmas un papel,  como documento de consentimiento, te buscas un lío.

Que no digo que no.
Pero lo que digo, retomando el tema de la inteligencia o la falta de inteligencia. De la que la guerra y los distintos modos cada vez más eficaces y certeros, de matar al “otro”, daba una muestra...

"Los humanos, debemos ponernos de acuerdo."

SE TRATA DE ESO



¿Y AHORA QUÉ?



A día de hoy. Las personas damos un paso y pisamos a alguien.
Y seguramente esa persona sea alguien que no tenga nuestro mismo color de piel, ni su aspecto u orientación sexual estén tan definidos como sería hace años.
Es que me hago viejo.



Y ya llegamos. Porque me parece bien que se digan las cosas.

Porque se dicen muchas tonterías que es necesario decir, pese a que se caiga en lo ridículo.

Si el grupo “Mecano”, decía en una de sus canciones la palabra “mariconez”. Fue un logro.
Un logro ridículo y necesario.
Y hay que hacer mucho el ridículo hoy en día, y decir cosas ridículas.

Siempre. Hasta que dejen de ser necesarias.


LA INTELIGENCIA REPITE SIEMPRE LA MISMA HISTORIA


Lo preocupante es que seguimos las mismas pautas.



Cambian los temas.

Y nos estamos quedando sin espacios seguros. Y los espacios inseguros, tienden a proponer unos estándares que prometen la libertad, si... te atienes a las normas.

Los espacios cada vez están más acotados.



Pronto la decisión no estará en nuestras manos.

La decisión de lo permitido o no permitido.
De lo que es políticamente correcto o no. No va a estar en nuestras manos.



El gran hermano es algo que tal vez se dé por supuesto y pase desapercibido.

Pero mientras que nos pegamos unos a otros unos chutes de opio tremendos, creo que lo único que hacemos es sustituir unos “otros”, por otros “otros”.
Para gustos, colores. Pero el olor a “fumao” empieza a apestar en los medios.


El gran logro de la inteligencia humana es que ahora es cada persona la que se mete el chute de el opio del pueblo. 


Así cada uno es libre de salir a la calle. Ir a su bola, ir “fumao” y elegir qué tipo de chute prefiere.
Así no tiene que matar a nadie que no deba matar.
Tan solo se trata de matar, en un videojuego, o de unirse a la ideología que "para nada han elegido por nosotros".



Pero los malos son “los otros”, los demás. Y cada uno tiene que saber auto gestionar, su propio chute de pastillas para no hacer daño a nadie.

Tan solo hay que matar a los malos. A los que nos privan de nuestros derechos.








SIEMPRE LA MISMA INTELIGENCIA


La inteligencia vemos que sigue siendo la misma.

La inteligencia es la misma. No ha cambiado.


El alcance de la inteligencia, sin embargo es infinitamente mayor.

Es decir, la inteligencia está pasando de estar en nuestras manos a tener un alcance mucho mayor.
Ya no usamos palos y piedras, son los electrodomésticos los que se relacionan con nosotros.
La inteligencia es algo que tiene un alcance que va más allá de un contexto político. Y pasa a integrarse directamente en nuestro ámbito cotidiano.
Nuestro día a día está lleno de inteligencia.
Pero es el tipo de inteligencia, propio de un primate que ha bajado de los árboles justo ahora, para buscar mejores tierras.


¿JUGAMOS A SER DIOSES CREADORES DE DESTRUCCIÓN?


Hay un juego. Y se llama guerra.

Se juega entre “yo” y el “otro”.



un despertar a la conciencia







LA INTELIGENCIA EVOLUCIONA EN CONCIENCIA


Y si yo como humano, no soy capaz de resolver el problema de la vida.
Un problema que me es legado por mi clan, tan solo por el mero hecho de nacer como humano...
¿Qué inteligencia dará el paso? ¿Quién apretará el botón rojo?
El botón de la destrucción puede tomar muchas formas.



Yo tan solo puedo ver una solución.
La solución está en una conciencia.
Es la necesidad de conocimiento y inmortalidad.
La solución no está basada en una inteligencia. 
No en una inteligencia mejor.



La conciencia es una propiedad de la existencia que no pertenece a humanos ni a máquinas.

La conciencia es el plan de la propia existencia para sí misma.


Si los humanos no aportamos esa pizca de conciencia...

 Necesaria para no devastar la población del planeta,  de forma total o parcial. A conveniencia.
Tal vez esa conciencia sea aportada por la llamada “conciencia global”.



¿Por qué no por la inteligencia artificial?

¿Será? - ¿Es la inteligencia artificial realmente capaz de evolucionar?
No me refiero hacia un tipo de inteligencia “mejor y más eficaz”. Sino hacia el aporte de una conciencia que los seres humanos no parece que podamos ya aportar.


El planeta Tierra merece que no exploten bombas.
Merece un mar limpio.




SI LAS PERSONAS NO APORTAMOS CONCIENCIA

LA INTELIGENCIA NOS VA A MATAR


Otra posibilidad que se me ocurre es que ese aporte de conciencia, que es mejor que la mera inteligencia, no seamos los humanos los que la aportemos.



La conciencia global, o la conciencia que puede aportar la inteligencia artificial... no es una idea que debamos rechazar de plano.

¿Será el gran hermano el que logre lo que las personas no sabemos acertar a hacer por nosotros mismos?
#CON-CIENCIA.






¡Maldita sea! Yo mearía en una bujía, si eso fuera a servir de algo...
  • CONCIENCIA.