viernes, 27 de diciembre de 2019

suceden cosas serias





A la pregunta de si la respuesta matemática de ¿Cuántos son 2 + 2 qué hay que responder?
El video parece que quiere poner ese tipo de cuestiones sobre la mesa. Y lo lleva al extremo del absurdo.
¿De veras hace falta hablar de ello? Es obvio que si ese material se debate, es por alguna razón.
En el video vemos que el examen evalúa a un niño. Además es un chico en edad escolar examinado en una clase de matemáticas.
El sistema educativo es lo que se podría poner en tela de juicio.
Dos más dos son cuatro. ¿Qué pretende el cortometraje? 
¿Tal vez cuestionar el sistema educativo?
Supongo.
Empecemos.

Porque en el video aparece un niño relativamente pequeño y con las ideas muy claras acerca de lo que es justo o injusto.
Siendo una etapa escolar temprana, para transmitir unos conocimientos concretos y mensurables. Objetivos. 
Es correcto que 2 + 2 = 4.
Es irrefutable.
Sin embargo hay una filosofía subyacente que hay que rescatar del inconsciente y está motivando el debate.
El cerebro humano es un órgano de nuestro cuerpo tremendamente maleable, sobre todo en la infancia. Debemos empezar a cuidar qué es lo que metemos ahí.
En las primeras edades, el cerebro funciona a frecuencias más bajas. Es por eso por lo que los niños aprenden como esponjas. 
Absorben la información sin un juicio previo.
Diría que para saber sobrevivir, debemos hacer caso de nuestras emociones. 
En la infancia aprendemos observando, pero sobre todo a nivel emocional en relación con nuestro entorno.
Son las emociones las que mueven la motivación para buscar protección o ponernos a salvo. Las emociones son la llave que abre y cierra la puerta a cuestiones como la salud.
Para sobrevivir, debemos formarnos a nivel emocional. Y eso sucede a muy temprana edad.
A nivel de especie, hasta la fecha, lo que ha tocado es que si un recién nacido tenía problemas en el parto y nacía antes de tiempo, se le engordaba.
Si cogía peso el niño sobrevivía. No se atendía tanto si había un buen maternaje o no. Eso ya vino después.
De un modo u otro se vive. O se sobrevive. En esencia la vida va de vivir. Pero a día de hoy debemos preguntarnos ¿De veras podemos dar por supuesto que simplemente basta con vivir? ¿Qué hacemos con la vida?

La respuesta a ¿Cuántos son 2 + 2? Para el hemisferio izquierdo del cerebro, la respuesta es cuatro.
Pero me parece que si la respuesta fuese 2 + 2 = 22, eso podría ser igualmente cierto. Sobre todo para un niño que esté usando el hemisferio cerebral derecho. Que es mucho más artístico.
En el video se muestra a un niño que tiene una actitud bastante rebelde. Es como un pequeño tirano. Tiranías hay de muchas clases. 
Debemos elegir. No podemos no elegir.
He de decir que está bien en un niño que haya una rebeldía. 
Antes o después será cuestión de podar esas alas. Pese a que se le corte el vuelo. 
Es mi opinión. Personal. Y de forma puntual.

Recordar conceptos que remiten a que la poda de las ramas de un árbol, son para tener un mayor y mejor crecimiento.
También está la palabra educación, que tiene una raíz parecida a adobe. Hay que dar forma al adobe. Y con adobe, se construye. Pero antes de construir hay un proceso educativo.

Informo a todo el mundo que yo hice la EGB, que tal vez hoy en día los tiempos son cambiantes. Si escribo ahora, es también para resaltar que las personas, debemos cambiar con los tiempos.
De mis tiempos de colegio recuerdo que admiré a todos los profesores menos a uno de ellos.

Puedo gastar una broma. Pese a que toca un escenario en el ámbito bíblico. 
“Si comes el fruto del árbol del conocimiento, Pérez serás”. 
Esa es una forma divertida de explicar el origen del apellido más antiguo. Todas las personas que tienen el apellido Pérez y se den por aludidas, que levanten la mano.

Desde tiempos inmemoriales hemos echado mano del humor para decir cosas que no se podían decir de otro modo.

Hoy en día suceden cosas serias. Y el espacio del que disponemos parece que no da cabida a guardar los secretos propios de la vida.
Cambia.
O Pérez serás.

Ante situaciones diversas y cambiantes debemos funcionar de alguna forma.
Porque si estamos en edad escolar y estamos jugando, está muy bien echar mano de juegos en los que se permita usar a los niños la imaginación.
Juegos libres, en los que hacer asociación de ideas.
Para el hemisferio derecho creo que es importante el dejar una cierta libertad. En los sueños y en la asociación libre de ideas, en la ensoñación propia de los niños, se crea la fantasía.
Esa parte es importante. Para crear nuevas realidades. Para crear nuevas respuestas, debemos abrir ese mundo de los sueños.
En ese contexto, es correcta la respuesta 2 + 2  = 22.

Tiene relación con el hemisferio derecho. Para muchos niños parece que es importante el tener una curiosidad y una libertad, para explorar.
¿Para explorar? ¿Para explorar qué? Pues no hay mucho que explorar. Es decir, hay mundos internos y hay mundos externos.
Uno debe saber que puede dar libertad a su imaginación.
Y uno debe encontrar que la propia libertad llega hasta un límite definido, por alguien que es el otro.
Si se debe educar para la libertad, el permitir en un ámbito docente la respuesta 2 + 2 = 22, hay que tener claro que no es una respuesta matemática.
22 es una respuesta parcial.
Antes o después, el niño además de tener libertad de pensamiento, debe adquirir el respeto. Y entonces encontrar que hay otro.
Porque cuando un niño encuentra los límites ante el otro, se encuentra a sí mismo.
Es como si un adulto se metiese en una cámara de privación sensorial. El adulto puede perder los límites de ser, desprendiéndose de los sentidos, de las sensaciones.
No tengo la experiencia de haber usado una cámara de privación sensorial. Eso de quedarse encerrado, en la oscuridad, en ingravidez. 
Pero todo el mundo supongo que se ha visto alguna vez apresado en el “yo”.
Momentos de angustia en el que tiene una preeminencia el “yo”, “yo”, “yo”.
El exceso de ego puede ser avasallador. Y si no obtiene una salida puede llevar a enfermar a la persona. Por eso es importante el arte. Se me ocurre. El arte libera un tanto el acceso a un modo de pensar con otra cualidad.
No es bueno tampoco tomarse una dosis en exceso de alucinógenos, y que te digan “vuela pajarito”.

Hay tradiciones y lugares en los que se tienen experiencias con sustancias enteógenas. Y allí se tiene un gran respeto por la persona y se siguen unos procedimientos.
No tengo apenas experiencia con drogas. Pero aquí no hablo de drogas. Más bien se trata de hablar de la búsqueda de una experiencia que nos haga mejores personas.
En una experiencia podemos saber que 2 + 2 = 22 y que eso es hermoso. Admiramos como bello lo que significa obtener ese resultado.
En una experiencia de adquisición de conocimiento matemático, sabemos que 2 + 2 = 4.
Es en una clase de matemáticas donde aprendemos que aparte de lo que yo quiera pensar, hay unos límites. Mis límites, en relación con el otro y en relación con mi entorno.
Me viene muy bien saber que 2 + 2 = 4, si tengo que resolver problemas prácticos.

El problema de base es que hay dos resultados distintos para un mismo cálculo. Se quiere tener la razón. Y en el video se lleva la situación al extremo.

¿Por qué se lleva la situación al extremo? Tiene que haber una razón poderosa para que se haya realizado este cortometraje respecto al sistema educativo.
Todo el mundo en este cortometraje está usando el hemisferio izquierdo. Todo el mundo tiene razón. Una mente cerrada en la que hay personas que defienden que 2 + 2 = 22.
Defienden la libertad, sí. Pero su mente sigue siendo cerrada.
En su cerebro, funcionan según el antiguo sistema totalitario en el que yo tengo razón, frente a ti, que no tienes razón.

Me parece que a nivel de un niño en edad escolar es muy importante y muy conveniente saber adecuar lo que sabe, a unas determinadas circunstancias cambiantes.
Más en los tiempos que estamos viviendo, que son así como movidos.
Que los tiempos sean movidos es algo que siempre ha sido así. La juventud trae consigo vientos de cambio. Y eso ha sido así desde hace milenios. La juventud trae renovación y revolución.
Pero de eso hablaré después.
Sí quiero decir antes, que es importante para los niños, saber que es correcto que en sus juegos, el 22 tiene cabida. Que la fantasía y la imaginación nos permiten adquirir unas respuestas más amplias a nuestras preguntas.
Del mismo modo que saber que 4, es la respuesta que deben dar en una clase de matemáticas. Por la sencilla razón de que 2 + 2 = 4 nos permite tener acceso a la experiencia de diseñar un avión que “funciona” y vuela sin caerse.
Porque hay ingenieros capaces de logros técnicos. Y eso es increíblemente maravilloso. Tanto como pintar cuadros puede resultar hermoso también.

Yo tuve una formación técnica. Hace ya mucho tiempo. Sé lo que es la belleza de resolver una ecuación.
También sé lo que es coger pincel y óleo. Eso fue mucho más tarde. Para establecer un diálogo con un lienzo, conforme iba poniendo el color para pintar.

Ambos conocimientos son buenos.

A nivel de educación con niños, ambas experiencias deben tener cabida en su aprendizaje. Deben comer del fruto del árbol del conocimiento.
Del fruto que se recoge en distintas ramas del mismo árbol del conocimiento.
Sabiendo que el conocimiento no es algo estático. Pero que todo conocimiento y saber se tienen que complementar y entrar en relación con un entorno.

Se me ocurre que en la infancia es el momento de experimentar todo lo que se pueda. Ante uno mismo y ante los demás. Para adecuarse a muchos niveles, desde el principio.

Debemos tolerar y valorar la diferencia.
Las palabras son importantes. Porque no es lo mismo decir “educar para la diversidad” que por ejemplo decir “educar para la igualdad”.
En realidad podríamos estar hablando de un mismo contenido, pero usando distintas palabras.

Si tenemos que ir a hacer la compra y en el mercado nos encontramos a muchos tipos de personas, algo tan colorido hoy en día. Podemos pensar que todos comemos de la misma sopa.
Por lo menos, la compra la hacemos en el mismo sitio.
No somos tan distintos.
Y hoy en día hay una novedad. Te adaptas sí o sí.
O Pérez -erás.

Tendremos que hallar el modo. Porque mirar hacia otro lado, ya se he intentado. Sirve hasta cierto punto.
Hoy en día se mira el móvil.
Todo el mundo mira el móvil. Es un recurso para no ver lo que no se quiere ver.

Cuando se empieza la universidad ya se tienen los conceptos más o menos marcados y cristalizados. Se sabe lo que es uno mismo, y lo que es el mundo.
En el instituto te dijeron que eras bueno, y que tenías que competir y llegar a lograr muchas metas.
Sí.
Y llega el primer día de clase, en ese primer curso de la universidad. Y mientras el profesor accede al aula, va comentando a los alumnos que para la universidad 2 + 2 = 4.
Un segundo más tarde, está escribiendo en la pizarra, de espaldas mientras dice, que había que leerse para ayer los tres primeros temas del libro de texto.
Mientras que nos pide que miremos la página seiscientos sesenta y nueve de un material complementario, para el que no pueda con la materia.
Que hay que levantar el país, y ésta no es una facultad de Bellas Artes.
Tal vez comente en tono sarcástico que todavía estás en el primer día, de primero de carrera. Que la universidad tiene un margen de tiempo si alguien quiere hacer un cambio de matrícula a otra facultad.

Y te sientes estúpido porque cuando eras niño el maestro te destruyó la autoestima. Se cebó contigo. 
Te dejó para el final porque fuiste el único que no escribiste absolutamente nada. Ninguna redacción.
Te hizo pedazos, ante toda la clase.

Ese día saliste de clase y tal vez, quedó claro para todos que no sabías escribir una redacción.
Pero algo quedó fijado en la mente.
No se había dicho algo importante.

No he escrito nada. Pero tengo la certeza que sí que me he leído, todos los libros a los que teníamos acceso durante el curso.
Me he leído toda la biblioteca.

Tal vez no sepa escribir una redacción sobre un tema determinado.
Del mismo modo que soy incapaz de aprender un paso de baile.
Pero sé escribir. Y sé bailar.
A mi modo.

Un jardinero puede podar un árbol y hacerlo mejor o peor. Pero la vida se supera a sí misma.
La vida siempre ha dado oportunidades. Y hemos crecido.
Siempre ha dado oportunidades y hallamos el modo de hacer las cosas.

Siempre fue así, siempre es así.
¿Será siempre así?





Perdonar. Yo hice la EGB. Cuando yo estudiaba no se conocía el HTML. Estoy en el backstage de blogger y no sé cómo arreglarlo.
Este vídeo aquí no va. Voy a ver si encuentro a mi sobrino para poder descargarlo de aquí. 
Es que me he equivocado.
No lo miréis que no lo he colgado por error.
Ni se os ocurra verlo, para nada.






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