sábado, 20 de julio de 2019

cuatro en linea








TRES EN LINEA, falta uno.

No importa lo que suceda.
Hay que restar importancia personal.
Hay que aportar conciencia.
Hay que ser lo que se es.
Entonces, el reto es que las acciones puedan ajustarse y ponerse al mismo nivel en el que el intelecto razona.

El enfermo mental es lúcido, tan lúcido.
Pero carece de voluntad.
Hay partes de la persona que se rompen. El enfermo se ha roto.
No hay coherencia. Entre lo que se dice y lo que se puede hacer.
Los pedazos de espejos rotos están desperdigados por el suelo.
Queremos caminar y nos clavamos fragmentos de espejos, rotos, al caminar.

Tal vez con apoyo un día lleguemos a poder mirarnos, frente a un espejo en el que nos digamos lo que somos. 
Frente a frente. Y lo que digamos esté al mismo nivel de lo que podemos hacer.

Por otro lado, el hombre común no está mejor.
Hablamos. Todo el mundo habla. 
Somos unos “bocas”.
Porque nuestro diálogo interno es el que sostiene el mundo.
La realidad se mantiene con la descripción que hacemos de ella.
Casi se diría que la gente común sostiene la misma realidad a base de palabras y frases. 
Cuentos que son la materia misma que sustenta la existencia.
La existencia se sostiene por la palabra. El verbo. El logos, la acción.

Para el hombre común el reto es estar a la altura de lo que dice.
Una descripción es tan poderosa como la acción misma.
No te preocupes. Respira. Siente. Y la acción se adecua a lo que dices.
Poco a poco, irás ganando en conciencia. Y eso se nota en que la acción y lo que dices están más en consonancia.
La libertad no está en hacer lo que se quiera o se pueda.
La libertad ésta en que lo que se dice que se hace, y lo que se hace en realidad, no se estorben mutuamente.

Hay dos niveles.
En uno hay una descripción y en el otro hay una acción.
Centra tu atención en la respiración, unos minutos cada día.
Alinea tu mente con tu cuerpo. Alinea tus centros.
Solamente con los distintos centros de tu organismo alineados es posible una cierta libertad.
Pensamiento, sentimientos, emociones, espíritu...
Son planos.

Vienen a ser simplificados en que palabra y obra están y trabajan de común acuerdo.
Cuando palabra y obra van de la mano, todo es fácil.
No es que no se sufra. Pero tiene un sentido.

Cuando todo cobra sentido, ¿Qué importa quién toma la decisión?
Lo importante es que la existencia se genera en sí misma y para sí misma.
La conciencia. La chispa que genera la conciencia, prende tan solo en el corazón del que es coherente.
Se trata de buscar la coherencia, introduciendo un ápice de conciencia. ¿De dónde procede la conciencia?
Si la conciencia procede de un lado o de otro, de la palabra o de la obra. Es secundario.
La paz de Dios está en que la vida continúa.
Y éste, es un buen lugar para vivir.

Decirlo por ahí. Que lo sepan todos. La existencia es un lugar donde es viable la conciencia.
Hay botones rojos que podrían mandarlo todo a la inexistencia.
Pero cada vez más miramos a nuestro alrededor y vemos las flores crecer. 
Dalias y Margaritas se abren al sol.
Y escuchamos la hierba estremecerse bajo el “Rocío del Mañana”.

Nadie debe pulsar ese botón. Tan solo respira.
La decisión no está en tus manos. Acepta que “eso”, se haga.





















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