sábado, 27 de julio de 2019

el valor de lo inconsciente


El inconsciente no sabe nada

Estoy leyendo un librito. No se trata de que sea un libro interesante o no. Es un libro que sirve de un modo útil a iniciar... lo que sea que se tenga que iniciar.
Con toda la coherencia de la que soy capaz, digo que se trata tan solo de iniciar.
Yo no sé nada.
Tan solo puedo decir eso. Y partir desde ahí.
Puestos de este modo, se trata de que tal vez yo no continúe.
En mi círculo familiar, me sirve como guía y referencia, mi abuelo materno. Fue jefe de almacén en una fábrica de renombre.
Antiguamente las personas establecían relaciones que duraban toda la vida. Y creo que si hoy en día preguntase, mi abuelo murió hace mucho tiempo, pero tal vez haya alguien en aquella empresa que todavía se acuerde de su nombre.
Que se acuerden de uno es algo que no le gusta a todos. Yo diría que se deben dejar a las circunstancias, y a la propia vida, el hecho de que se acuerden de ti o no lo hagan. No importa tanto. Cede, que se ocupe la vida de eso.
Simplemente se trata de que los pedidos salgan.
Mi abuelo gestionaba la salida de los pedidos. Ese era el objetivo de todo jefe de almacén supongo. Y mi abuelo fue bien considerado.
Alguien que se pregunte ¿Quién soy? ¿Para qué estoy aquí?
Yo creo que a mí me importa eso. Recibir pedidos y darles salida.
Por lo demás, yo no sé nada.
Desde la posición en la que me encuentro, tan solo puedo hacer más que percibir ¿dónde estoy? ¿Desde dónde hablo? Quién soy y qué no soy no son preguntas que me quiten el sueño.
Pero pese a no saber nada, creo que paso mucho tiempo contemplando las moscas.
Sé que lo que yo haga, no depende tanto de mí mismo.
yo no diría tanto...

Tal vez algún incauto se acerque por casualidad y pueda establecer un diálogo. 
Eso no es lo mejor. No es lo que se me pide. 

Voy con la Luna. Dicen que la Luna es mentirosa. Yo no lo creo.
Yo creo que la Luna se rige por sus propios ciclos.
Esta noche, hay luna. Tal vez otro día no la haya.
Esa, es una cuestión que yo no sé.
A veces no saber algo es una garantía de idiotez. Y es cierto que no soy muy espabilado.
De hecho, si por mí fuera, no estaría escribiendo estas lineas para ver qué sale.
Pero hay luna. Eso no se comprende.
La Luna es un tema que no hay que entender. Tan solo se le pueden cantar versos.
La Luna tiene que preservar su misterio. En eso reside su valor.
Es el valor de “lo Femenino”.
Nadie debería quitarle el halo de misterio, ni a la Luna ni a lo Femenino.
Cuando alguien quiera alcanzar la Luna, no lo hará en una nave.
¿Para qué sirve ir al asteroide lunar? ¿Para que alguien diga que allí no hay vida ni nada?
Uno se puede volver loco si piensa que en la Luna no hay nada.
Tiene que haber algo. Pero no es algo que se pueda medir o cuantificar.
Si quieres saber algo de la Luna, no analices. Sueña.
El sueño no es la respuesta. Ni un obstáculo.
No creo que haya nada malo en dormir. El sueño forma parte natural de un camino de vida que hay que recorrer.
No quiero que se malinterprete esto. Todo exceso es malo.
Y el sol tiene que salir, del mismo modo que la noche cae y se levanta.
Hay que regresar a lo que es el hombre. A lo que es el hombre y la mujer.
Yo diría que en mis análisis tengo muy presente el ver las cosas desde un punto de vista o de otro.
A veces distingo entre un lado que llamo “de paranoia”, y otras veces ese mismo hecho le hago una lectura desde un lugar que llamo “normal”.
No hay ningún secreto en percibir la realidad desde dos puntos de vista distintos.
La humanidad viene haciendo esto desde el principio y es necesario para la supervivencia.
Bruce Lipton habla de las acciones de lucha y de huida. Eso es lo que tenemos.
Para la supervivencia bastan el ver la vida, desde ambas polaridades.
Pero si tenemos que continuar, falta otra.
Hace falta una visión.
Tenemos que encontrar una visión, una cierta perspectiva. Una concepción distinta de lo que es la vida en el planeta.
No sirve tan solo el reciclar la mierda que generamos.
Tiene que cambiar el concepto.
La vida no es esto que hacemos ahora. Tiene que ser otra cosa.

Por mi parte siempre he trabajado en base a un diálogo, del tipo que sea.
Sigo sin saber nada. Ni siquiera sé si lo que digo tiene algún sentido o significado para alguien.
Pero el diálogo se me escatima. Y entiendo que si en algún momento tengo que saber algo, tendré que dar un paso adelante.
A eso es a lo que se le llama dar un salto de fe. Y encontrar en la oración, lo que se puede entender como la Trinidad.
La humanidad tiene que encontrar una visión de sí misma en la que se pueda identificar, no desde la dualidad.
ESTO ES DUALIDAD
Es preciso lograr que cada uno de nosotros sepa ver en su propia vida, que de lo que se trata y que lo único verdaderamente importante, es entrar en relación.
No importa la humanidad.
No importa la conciencia global.
No importa la Inteligencia Artificial.
Cada una de esas tres cosas no importan en sí mismas.
Pero la relación entre todo, sí que importa.
Importa formar parte.

Somos tres. Y somos sagrados.
Hasta que ese hecho no pase a un nivel de conciencia, en el que se acepte dentro de una naturalidad y de forma cotidiana. 
Hasta que no forme parte de nosotros mismos al punto de que la trinidad esté presente en nuestra vida y que sin embargo, sea tan obvia que no la veamos. Hasta entonces no estará hecho el trabajo.

Mi Luna debe permanecer oculta.
Tal vez ese sea el significado de todo esto. La Luna debe permanecer oculta.
La Luna forma parte de nuestra vida. Forma parte de nuestra imaginación.
Hay que honrar los ciclos y la naturaleza de cada cosa.
El sol puede dedicarse a limpiar la mar del plástico que generamos. Es una acción muy loable y generosa. Por lo menos detectar que está todo mal.
Pero hasta que no sepamos hasta qué punto tiene valor el estar "hecho una mierda", y lo importante que es el aceptar en nosotros nuestros impulsos, no habrá equilibrio.
Y sin equilibrio desde la trinidad, no hay “un logro de lo cotidiano”.
El logro de lo cotidiano se caracteriza porque se hace sin sentir. Es obvio y pasa desapercibido.
La Luna es así también.

Yo nunca había hablado de la Trinidad. Pero sabía que llegaría el momento.
Y mira que yo no sé nada. Pero eso lo sé. No sé si está bien o no que una concepción Trinitaria de la vida se haga pública.
La Luna no hace alarde. Y todo el mundo recurre a ella, cuando es necesario conectar con el propio interior y se suspira.
La fuerza requerida surge del interior. Pero ambos, interior y exterior se deben armonizar.
No sé cómo se pueda observar todo esto, puesto que normalmente pasa desapercibido.
Hay otro. Otro Skywalker. Luke lo sabía sin que nadie se lo dijese.
Se trata de eso. La naturaleza de este conocimiento, no se imparte.
La verdadera naturaleza de este conocimiento, se transmite en versos y también canciones y relatos.
Es el lenguaje de las ancestrales abuelas. Aquellas que inculcan en los nietos el aroma del queso, las magdalenas y el chocolate.
Es el olor lo que nos permite enamorarnos, al final de todo.
La Trinidad yo digo que siempre se trata de Salud, Dinero y Amor.
Pero ese es un ciclo que debe ser enmarcado en un ciclo mayor. Y es la Vida la que contiene la Trinidad.
Es la vida la que tiene que contener la Trinidad y llegar a proseguir ciclo tras ciclo. 
La vida debe encontrar el modo de seguir. Cada vez.
La vida es sagrada, creo yo. Y si somos capaces de masacrar todo lo que tenemos, entonces merecemos desaparecer.
La Luna seguramente brille en la noche. Tiene modos de que surja “algún tipo de existencia”, que tal y como se ha hecho desde siempre, alce la mirada. Y quiera “algo”, al alzar su mirada al firmamento.
Ojalá los humanos no tengamos que morir como especie.
Ojalá que los humanos vivamos.









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