lunes, 7 de octubre de 2019

Malú - Aprendiz




Amarse a uno mismo es sin duda el gran aprendizaje vital que todos los seres humanos hemos de realizar para poder ser verdaderamente felices y disfrutar de una vida plena.

Ya has hecho lo más difícil: reconocer que necesitas un cambio.




Qué gran ironía y paradoja que las personas que supuestamente más nos quieren y queremos, son también con las que más nos perturbamos. No en vano, padres, pareja e hijos protagonizan nuestros vínculos afectivos más íntimos. 

Son con quienes más mostramos nuestra vulnerabilidad. 
Y de quienes más apegados estamos y más dependemos emocionalmente. De ahí que esperamos inconscientemente que resuelvan los conflictos internos que nosotros no sabemos resolver por nosotros mismos.

Para sanar nuestra autoestima, el primer gran aprendizaje vital que podemos realizar a través de nuestros padres consiste en emanciparnos emocionalmente de ellos para ser libres de su influencia psicológica. Al soltar definitivamente la mochila emocional que hemos dejado que cargaran sobre nuestros hombros, logramos por fin empezar a sanar los traumas vinculados con nuestra niñez. 

Esta sanación deviene cuando comprendemos que hemos tenido los padres que necesitábamos para iniciar un proceso de autoconocimiento que nos permita convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Para lograrlo hemos de cultivar la compasión y la aceptación, comprendiendo que nuestros padres lo han hecho lo mejor que han sabido.


Por Borja Vilaseca.






EL PRIMER MAESTRO ESPIRITUAL: LOS PADRES
“Nunca es tarde para tener una infancia feliz.”(Milton Erickson)



EL SEGUNDO MAESTRO ESPIRITUAL: LA PAREJA
“La mayoría de parejas están compuestas por dos niños asustados y traumados que esperan mutuamente que el otro les sane sus heridas”.
(Krishnananda)



EL TERCER MAESTRO ESPIRITUAL: LOS HIJOS
“La mayoría de padres están dispuestos a hacer cualquier cosa por sus hijos menos dejarles ser ellos mismos”.(Banksy)
















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