Atentos, porque esto es muy psicoanalítico:
"Cuenta la leyenda que en un árbol se encontraba encaramado, un indiecito guaraní.
Que sobresaltado por un grito de su madre, perdió apoyo y que cayendo se murió.
Y que entre los brazos maternales por extraño sortilegio en choguí se convirtió..."
Me parece que es una típica situación madre-hijo.
De entrada, ya dice que "sobresaltado, por un grito de su madre", perdió apoyo.
¿Sobresaltado? ¿Por un grito? ¿De su madre?
Se puede continuar:
¿Perdió apoyo? ¿Y en choguí se convirtió?
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Ahí hay toda una serie de matices, que en el día a día se dan en una relación madre e hijo.
Es decir, se trata de la relación humana, diría casi, más humana que existe.
La más humana, si cabe. Puesto que se trata del fruto, que lleva a la perpetuación, de la misma vida.
Si la vida engendra vida, y las madres engendran hijos... el tema de hijo, madre y muerte. Es ya como que toca una fibra muy primaria.
¿Cuántas madres han perdido a sus hijos?
¿Cúantas madres desean a sus hijos, antes de traerlos al mundo?
¿Cuántas madres desean, o no, a sus hijos al nacer?
¿Acaso hay madres que desean un niño? ¿O desean una niña?
Es una cuestión diaria y cotidiana.
Los mismos hermanos discuten en sus juegos, a ver quién es el favorito de mamá o papá.
El favorito, tiene permisos para llevarse los mejores bocados. Tiene mayor probabilidad de vivir y de reproducir rasgos y carácter que agraden a los padres y al clan.
¿Es alguien perteneciente al linaje familiar, de forma directa, quién tiene una preferencia?
¿Se puede tratar toda una vida de ser lo que otros quieren que seamos y no lo somos?
Todas estas preguntas que escribo no se trata de psicoanalizar a nadie.
Pero si alguien quiere ser algo o alguien que no es.
Puede razonarse que esa información, sea la expresión de un requerimiento.
Que tal vez no sea propio.
La información de lo que debemos ser al nacer
o en la vida,
al fin y al cabo, tiene que responder a menudo a un tema
de mera supervivencia.
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Es tan cotidiano y tan normal
como que un niño se pregunte:
¿Me quieren?
¿Seré aceptado?
Puedo suponer y seguro que hay teorías o terapias, algún tipo de estudio que avale que el niño que nace, trata de garantizar la supervivencia.
Tanto propia, como respecto a la identidad del clan.
Me querrán, se plasma en seguida en ¿Cómo me tengo que comportar para ser querido?
No nos suena como muy familiar la coletilla tan conocida:
"Mi mamá no me quiere
como yo quiero
que me quiera mi mamá".
De forma lógica pasa a ser ¿Cómo hago que me quiera? Para tener mayores posibilidades de recibir amor, y posibilidades de vivir.
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Es parte de la vida cortar el cordón umbilical con los ancestros.
A NIVEL EMOCIONAL.
Para pasar a ser un individuo.
No ya como persona, máscara.
Sino como individuo, sin división.
La información se transmite
y debe ser así.
Para el bien de las futuras generaciones.
Pero si sanamos hoy un tema, concreto.
Familiar.
Resultará que la vida pasará a otras cosas.
Porque:
"Nunca habrá fin...
...Pero mientras más avanzamos, más nos acercamos a nosotros mismos".
@alejodorowsky.
Vayamos pues, adelantando faena,
para que nuestros hijos se puedan ocupar de otras cosas.
Y ser un poco más ellos mismos.
Un "ellos mismos", que nunca tendrá fin.
⚤
Ítaca.
Queda lejos, dicen.
Pero hay que salir adelante
usando de todo nuestro talento.
Porque en Ítaca,
está nuestro hogar.
está nuestro hogar.
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